miércoles, 16 de septiembre de 2015

Funeral


Es un día hermoso como aquel día cuando nos conocimos  en ese parque de diversiones un 30 de noviembre, cuando yo cumplía 17 años; vaya sí que pasaron muchos años. Te recuerdo y recuerdo esa tarde donde sin querer  volqué mi helado sobre tu vestido color blanco con turquesa muy elegante. Quisiste matarme no sabía dónde meterme, rápidamente me ofrecí a limpiarlo y luego nos quedamos hablando.  Esa tarde cuando caía el sol, luego de ir a comprar un copo de nieve ese que tanto te gustaba, nos dimos nuestro primer beso arriba de un bote.  Fue fabuloso pero la tristeza apareció cuando cada uno se tuvo que marchar con su familia. Quedamos en encontrarnos en las siguientes vacaciones, el mismo día y nos despedimos. Pasó rapidísimo y ahí estaba yo ese día, muy contento. Ya era mayor de edad y quería verte; pasaron largas  horas y te seguía buscando cuando, en un rincón de un patio de comida te encontré  y me acerqué estabas con una amiga. Comimos y nos fuimos a disfrutar del día. Ahí empezó nuestra historia. Amor, como olvidarme de vos y de todo lo que vivimos, lo recuerdo todo como si hubiese pasado ayer. Te juro que te extraño tanto, todavía no puedo aceptar que ya no estemos juntos. Lamento tanto esa tragedia ocurrida hace solo 5 años cuando volvíamos del casamiento de tu hermana, reconozco que fue mi culpa por manejar alcoholizado. Te pido perdón aunque dudo que me perdones y sé que estás en todo tu derecho.

Aquí estamos en el cementerio, este es el nuevo lugar donde solemos reencontrarnos, casi dos metros de tierra nos separan físicamente pero yo te siento cerca en todo momento. Muchos familiares y amigos nuestros te recuerdan, siempre me hablan de vos, recuerdan la simpatía que tuviste con cada uno de ellos a pesar de que tu estado de ánimo no fuera el mejor en ese momento. Muchas veces te visito; no podés verme pero te cuento que lloro mucho y pienso en lo maravilloso que sería todo si no hubiese existido esa tragedia que nos destruyó la vida a ambos. Quiero que te quedes tranquila por todo eso que me pedís que les cuente a ellos que tampoco forman parte de tu vida. Hoy en día, cada vez que me venís a visitar, se los cuento, luego de que te marchás. Ellos también te visitan, te están cuidando en cada momento y desean, lo mismo, que yo que seas fuerte, que puedas seguir con los proyectos de vida que tenés. Sé que alguna vez vamos a poder estar juntos, besarnos abrazarnos y ser felices como alguna vez lo fuimos pero para eso faltan muchos años y voy a saber esperar. No quiero que el rol de viuda sea una carga y un castigo para vos, deseo que formes esa familia que no te pude dar yo y que puedas volver a amar como me amaste a mí, siempre voy e estar cuidándote y guiándote por un bueno camino. No decaigas, disfrutá de la vida, es mucho mejor que donde hoy me encuentro. Te amo, siempre te amaré y no dejaré de hacerlo.
Posdata: gracias por los jazmines aromatizados que me dejás cada vez que me visitás. No me olvidé que esas flores te las regalé en nuestra cena íntima aquella noche cuando nos comprometimos.

1 comentario: